Vinculado al vino desde sus primeros pobladores, Samaniego atesora la cultura del vino en cada rincón. Desde su barrio de bodegas, Matarredo, en el que hay calados desde el siglo XIV, cuevas excavados en piedra para elaborar y conservar el vino de cada una de las familias hasta su mar de viñas, irregular, diferente e increíblemente bello, Samaniego está considerado como “la milla de oro” de Rioja Alavesa.
Cuando un pueblo trabaja la viña y elabora vino desde tiempos inmemoriales, el conocimiento se lleva en la sangre. Esta es una de las razones por las que los vinos de Samaniego y sus bodegas son reconocidos por su extraordinaria calidad, aunque la geografía y el clima también forman parte de este patrimonio.